Al 2018 le llegó lo que podría ser el mejor álbum del año: Simulation Theory.
El octavo álbum de estudio de la banda inglesa, no sólo es una genialidad modernísima del rock alternativo en inglés, sino que es el regreso del Muse que conocimos en The Resistance o en Absolution, pero, gracias a Bellamy, Wolstenholme y Howard, con una receta más futurista y original.
Todo el álbum es del tipo al que nos tenían acostumbrados, y eso no le hace daño a la nueva propuesta que hacen. Parece que han aprendido que lo que sus fans quieren, es lo clásico, pero la banda no sólo les da eso, sino que les da una vibra muy a lo Tron, siendo Algorithm el que lo inicia, pero es The Dark Side la canción definitiva de la nueva etapa del trío. Es una fusión electro-pop-rock que encaja perfecto con la temática del disco y que sigue con Break it to Me y Blockades, en donde, sin problema alguno, puedes estar viendo Ready Player One mientras las escuchas.
Las canciones tipo Muse son: Pressure, que desde al segundo te está poniendo en el inicio de las cuerdas de la guitarra de Matt y sabes que vas a experimentar un viaje hiperlibido por las manos de Bellamy; Propaganda es el intento incomprendido de la banda para juntar el rock con el pop a un estilo más sofisticado, pero que falla en su cometido de embellecer aún más el álbum; Though Contagion - cuyo vídeo es una versión remasterizada, pero no mejorada, de Thriller de Michael Jackson – llama al escucha a relajarse con el beat que Dominic apropia para llevarlos muy lejos, en la luz de las estrellas.
Lo interesante del disco es que los integrantes, como ya hemos dicho, entienden que debe ser un disco para sus fans, y para esos que se enamoraron de Muse con The 2nd Law, los chavorrucos de la banda tienen algo para ellos: Something Human, que fue el tercer sencillo del disco, es una canción pop que es odiada por los fans hardcores y super apreciada por los fans más nuevos, es simplemente fácil de comprender y eso les molesta a los diehard fans; Get up and Fight es la canción más “linda” del disco, ya que intenta ser un regalo al hijo de Matt; y Dig Down, que llevaba más de un año huérfano, sin disco que lo quisiera, es la canción más irrelevante del disco, un sonido flojo, con un beat repetido mil veces, es la canción que metieron al álbum, sólo porque tenían que hacerlo.
En resumen, Muse regresa con todo para enseñarle a las bandas amateurs, como se debe hacer un disco alternativo, pero gustable para todos. No es Black holes and Revelations, pero tampoco es Drones, así que rebasa la línea de lo aceptable pero no llega a ser excelente, aunque si hubieran hecho otra canción del mismo tipo, sería mejor. Esperamos que sigan con el gran trabajo y nos den más rolas como las de este disco.
En VociferaFM, le damos una calificación de 8/10.
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